OLITE: FERIA MEDIEVAL EN UNA VILLA MEDIEVAL

Sábado 21 de agosto de 2010

Este fin de semana son las Fiestas Medievales de Olite.

Olite es una pequeña ciudad de casi 4.000 habitantes, de origen medieval. Es uno de los cascos medievales mejor conservados que conozco. Tiene en el centro un precioso castillo, construido por el rey navarro Carlos III, que parece de cuento y que puede visitarse todos los días de la semana de 10 a 18 horas (yo todavía no he tenido oportunidad de entrar, pero mis coleguillas de Olite dicen que merece la pena….a ver si a la próxima!).

Otros monumentos dignos de visitar son la iglesia de Santa María, del s.XIII y estilo gótico, con una preciosa arcada en la parte exterior, entre la que también puede verse un pozo;

la iglesia de San Pedro, más antigua, de estilo románico y con ampliaciones de la época barroca;

y el Palacio Viejo, un enorme edifico de piedra convertido en la actualidad en Parador Nacional.

Además, Olite cuenta con un sinfín de casas blasonadas, y pasear por sus estrechas callejuelas empedradas es un gustazo (http://www.olite.es/es/).

A las 17:00h y con un calorazo impresionante (el termómetro del coche no baja de los 37ºC), salimos Vero, María y yo para allá. Nada más bajar del coche empezamos a ver gente ataviada con vestidos de la época.

El ambiente es genial, porque la gente de Olite participa activamente en estas Fiestas: se disfrazan, hacen desfiles, organizan juegos “medievales”. La verdad es merece la pena venir. Después de pasear un poco por los puestecillos de artesanía, diseminados por todas las calles del centro y con un montón de cosas chulas, decidimos ir a descansar y rehidratarnos a un bar, porque el calor es aplastante.

Entramos en uno de los bares de la plaza. Es un bar muy chulo, porque está literalmente constrido dentro de la muralla. Las paredes son de piedra y la decoración en consonancia con el estilo de la época medieval.

Sentadas en una mesa, achicharradas, tratando de recuperar el aliento (suena exagerado, pero no sabeis que pasada de calor!), nos encontramos casualmente con Mikel, oliteño compañero del curre, ataviado como correspondía para el momento: con una casaquilla de tela y unas sandalias! Que pintillas! Jeje.

Después de tomar algo, nos acercamos a un puestecillo de juegos “medievales” que han montado Mikel y sus colegas para sacar unas pelillas, y gracias a la puntería de Vero metiendo monedillas en las puertas y ventanas de un castillo de madera, nos ganamos dos botellicas de vino navarro.

Poco después empieza un desfile de gente disfrazada de medieval, en el que participa Cristina, otra compi del trabajo, que estaba toda guapa vestida de dama del Medievo del brazo de su novio, también ataviado para el momento como caballero medieval. En el centro de la plaza se realiza una pequeña representación teatral.

Como hace demasiado calor, acabamos de dar una vueltilla por las callejuelas viendo los puestecillos que nos quedan y poco después regresamos a San Adrián.